Existe una gran variedad
de vinos de Champagne ya que cada marca realiza
sus propios ensamblajes
y las posibilidades de ensamblajes
son infinitas.
Al unir “vinos claros”de origen de crus, cepas y años con calidades aromáticas y organolépticas distintas, el viticultor (o jefe de cava) tiene como objetivo concebir un Champagne único con características específicas que busca año tras año para reproducir un estilo.
El Champagne se sirve frío
(8-10° C)
en copas altas,
anchas pero más estrechas en la parte superior,
en forma de tulipa, para concentrar los aromas.
Considerando la diversidad
de sus cuvées, el Champagne
puede acompañar
toda una
comida.
Aperitivo
Primer
plato
Pescado
Carne
Queso
Postres
Fruta